La importancia de la mujer en las empresas y los retos a los que se enfrentan
La presencia de la mujer en el mundo empresarial es crucial para el éxito de las empresas en México y en todo el mundo. En la actualidad, es ampliamente reconocido que una mayor inclusión mejora la situación financiera de la empresa, detona la innovación, mejora la productividad, aumenta el rendimiento comercial y mejora la imagen de marca de la empresa, al tiempo que ayuda a atraer y retener a los mejores talentos con diferentes puntos de vista. Según una encuesta de McKinsey, al menos un tercio de las empresas que invierten en programas de inclusión y equidad de género en mercados emergentes mejoraron sus beneficios, y un 38% espera un aumento en la rentabilidad sobre la inversión
Además, las mujeres son un mercado importante para muchas empresas. Las mujeres representan la mitad de la población mundial y controlan una gran parte del poder adquisitivo. Las empresas que tienen una comprensión profunda de las necesidades y deseos de las mujeres tienen una ventaja competitiva en el mercado.
A pesar de todos estos beneficios, las muchas mujeres sufren de un trato desigual en su área laboral. Según el índice global de brechas de género 2022, México ocupa el lugar 31 de un total de 146 países, donde se indica que por cada $100 que gana un hombre, la mujer recibe $76.4. Sin embargo, de acuerdo con el IMCO, esta cifra se redujo a $87 en el último cuatrimestre del 2022.
De acuerdo con la OIT, en América Latina y el Caribe, la mujer supera al hombre en logros académicos terciarios. Sin embargo, pocas mujeres en la región han avanzado hasta llegar a ocupar los cargos directivos más altos. En México, las mujeres representan 12% del total de las direcciones relevantes (dirección general, finanzas y jurídica); sólo el 4% funge como directora ejecutiva (CEO) y el 13% como consejeras. (IMCO & CIMAD, 2022)
Las mujeres, con frecuencia, enfrentan discriminación de género, lo que puede limitar sus oportunidades y afectar su confianza al sentirse marginadas, ignoradas y limitadas en su capacidad para avanzar en sus carreras. Esto puede incluir la falta de oportunidades de promoción, de ser incluidas en programas de desarrollo directivo, la exclusión de reuniones importantes o la falta de reconocimiento por sus ideas o desempeño.
Otro factor muy importante es la desigualdad en la distribución de las tareas no remuneradas entre hombres y mujeres como son el cuidado del hogar, los hijos o los padres. Por lo general las mujeres realizan el 73.6% de estas labores (INEGI, 2021), limitando así su tiempo para el desarrollo profesional o evitando tomar puestos de mayor responsabilidad.
Para abordar estas desigualdades es importante que las empresas adopten políticas y prácticas concretas, que fomenten la inclusión, la igualdad salarial y el acceso equitativo a oportunidades de desarrollo y capacitación. También es importante evitar el acoso y la discriminación en el trabajo, estableciendo políticas claras para prevenir y abordar estas situaciones. Implementar procesos de reclutamiento y selección sin género. Introducir horarios flexibles. Desarrollar programas de mentoring para mujeres con potencial directivo. Tener reglas claras y equitativas para ascender en los puestos. Fomentar la presencia de mujeres en puestos de liderazgo, toma de decisiones e, inclusive, en consejos de administración. Implementar programas de paternidad. Colaborar en red con otras empresas intercambiando buenas prácticas. Colaborar con el gobierno y las instituciones públicas para garantizar la seguridad de las mujeres, sobre todo cuando tienen necesidad de transportarse y también para tener instituciones que apoyen a la familia en el cuidado de los menores.
Todo lo anterior nos lleva a reflexionar que todavía tenemos un gran camino por recorrer para poder gozar de equidad e inclusión en el área laboral. Sin embargo, hay que reconocer que la voz de las mujeres está siendo escuchada y algunas empresas ya han empezado a desarrollar programas para aminorar las diferencias que enfrentan las mujeres.